"Nos hemos detenido dos horas en la galería donde Aníbal Caracci pintó al fresco (1606) la mayor parte de los cuadros de la mitología contados por Ovidio. El centro de la bóveda lo ocupa el triunfo de Baco y Ariadna. Las figuras tienen un poco el defecto de las de Tiziano; admirablemente bien pintadas, se siente un poco en ellas la ausencia del alma celestial y del espíritu que Rafael pone siempre en las suyas…
Este gran hombre pasó nueve años pintando la bóveda de la Galería Farnesio. No era cortesano y desagradaba a los cortesanos del cardenal que se la habían encargado. Aníbal era un gran artista […] Había creído asegurar el pan para su vejez haciendo esta gran obra; le pagaron de una manera ridícula y se murió del disgusto.”
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