"En la pared interior de la nave están esas horribles pinturas de Pomarancio y de Tempesta, tan celebradas por los hombres vulgares que el azar lleva a Roma; esto es para estos señores tan inteligible como la guillotina en acción. Este realismo atroz es lo sublime para algunas almas vulgares. Rafael resulta muy frío junto a San Erasmo en el momento en que le sacan las entrañas.
Al entra vi junto a la puerta un santo a quien le aplastan la cabeza entre dos muelas de molinos; el ojo se le ha salido de la órbita, etc. El resto es demasiado horrible para que yo lo describa.
Los bellos versos de Racine describiendo un espectáculo atroz disimulan el horror con la elegancia. Los frescos de San Stefano Rotondo no son lo bastante bellos para hacer soportables los horribles suplicios que representan demasiado bien y demasiado claramente."
Son las palabras del autor, el día 8 de julio de 1828, en la página 359 de la edición que seguimos.
*La imagen está tomada de C-MONTER.net.
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