Charles de Bonchamps, por P.J. David
Esta mañana hemos visto muchas estatuas modernas que pretenden representar héroes o supuestos héroes muertos hace años.
Nada de todo esto se aproxima al Bonchamps de M. David. En la iglesia de la pequeña ciudad de
Saint-Florent, en Vendée, el marqués de Bonchamps, herido de muerte, está
representado en su tumba en el momento en que ordena perdonar la vida a cinco
mil soldados republicanos que acaban de ser hechos prisioneros en la batalla de Cholet. La herida del héroe ha permitido a M. David representarle medio
desnudo. Nada más sencillo, más verídico,y, por consiguiente, nada más
impresionante que esta estatua, de tamaño mayor que el natural. Está en la
misma iglesia donde fueron encerrados los cinco mil prisioneros de guerra
salvados por la palabra de Bonchamps.
En los bustos de la escultura moderna en Italia hay algo de
blando y de bobo; véase el busto de lord Byron por M. Thorvaldsen; véanse los
bustos reunidos en el Capitolio, en lo que ellos llaman la Protomoteca, a la derecha yendo a la plaza. No hemos visto nada, no
diré superior, pero ni siquiera comparable a los bustos de MM. De Béranger,
Chateaubriand, La Fayette, Grégoire, Rouget de Lisie, Rossini, por M. David.
[…]
Escrito por nuestro autor el 22 diciembre 1828.
Pp. 474-5 de la edición mentada.
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