domingo, 20 de diciembre de 2009
Santa Sabina
sábado, 7 de noviembre de 2009
Pietà (Piedad) vaticana
martes, 29 de septiembre de 2009
El ángel de Castel Sant' Angelo
domingo, 6 de septiembre de 2009
Tumba de Clemente XIII (Canova)
Lorenzo Ganganelli, que tomó el nombre de Clemente XIV, sucedió en 1769 a Clemente XIII…”
Palabras de Stendhal en la página 431 de la edición que nos acompaña.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Tumba de Urbano VIII
Stendhal, Paseos por Roma, pág. 427
lunes, 10 de agosto de 2009
Fama (Guercino)
(Página 240 de la edición que manejamos)
Nota: Imagen procedente del blog de Bernardo Bolaños.
sábado, 6 de junio de 2009
Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini
Santa Teresa está representada en el éxtasis del amor divino; es la expresión más viva y la más natural. Un ángel con una flecha en la mano parece descubrirle le pecho para clavársela en el corazón. La mira con un gesto tranquilo y sonriendo. ¡Qué divino arte, qué voluptuosidad! Nuestro buen fraile, creyendo que no lo entendíamos, nos explicaba este grupo. "E un gran peccato -acabó por decir- que estas estatuas puedan sugerir fácilmente la idea de un amor profano".
Es la cita de nuestro autor sobre esta obra de Bernini en la página 234 de la edición que seguimos.
lunes, 4 de mayo de 2009
Anunciación de la Virgen, por Barocci
"El Juicio Final de Miguel Ángel ocupa la pared del fondo de la Capilla Sixtina, tan grande como una iglesia. Los días de capilla papal, se clava, tapando este fresco, un trozo de tapiz que representa la Anunciación de la Virgen por Barocci; delante de este tapiz está el altar. Seguramente en Francia no ocurre nada tan bárbaro."
Página 478 de la edición que nos acompaña.
domingo, 29 de marzo de 2009
Obelisco de San Pedro
En 1586, casi un siglo antes de la construcción de la columnata, Sixto V hizo colocar el obelisco donde está actualmente. Este traslado, que costó doscientos mil francos, fue realizado por el arquitecto Fontana, por medio de un mecanismo admirable que, en nuestros días, nadie podría inventar, ni acaso imitar. A finales de la Edad Media fueron transportados incluso campanarios a una distancia de sesenta u ochenta pasos del lugar que ocupaban antes. El obelisco del Vaticano mide setenta y seis pies de alto y ocho en su parte más ancha. La cruz que lo remata está a ciento veintiséis pies del suelo. Este obelisco no tiene jeroglíficos; no es el más grande de Roma, pero algunas personas lo consideran el más curioso, porque, como nunca fue derribado, se conserva en toda su integridad."
Palabras de Stendhal, en la página 112 de nuestra edición.
domingo, 22 de febrero de 2009
El Profeta Isaías, de Rafael
Hablando de la iglesia de San Agustín, en Roma:
”La mayor parte de los extranjeros desdeñan todos estos cuadros para ir corriendo al tercer pilar de la derecha en la nave principal. Aquí está El Profeta Isaías, fresco de Rafael; es lo más parecido a Miguel Ángel que ha hecho este gran hombre. Comparado con sus otras obras, El Profeta Isaías es como la Atalía, de Racine, comparada con Fedra o Ifigenia; Rafael no ha hecho nada más grandioso que esta figura asilada; es de 1511, dice Vasari.
La iglesia de San Agustín está en el camino de la Via Condotti a San Pedro; os invito a entrar en ella a menudo y contemplar este fresco de Rafael en estado de ánimo distintos; es el único medio de conservar una idea diferente del estilo de un cuadro célebre.”
(Dicho por Stendhal en la página 367 de la edición de Alianza Editorial de 2007. Procedencia de la imagen: Historiadelartemgm.)
sábado, 14 de febrero de 2009
Perseo, de Canova
(página 201)
domingo, 8 de febrero de 2009
La basílica de Constantino
Avanzando unos pasos hacia el Coliseo, le impresiona al viajero la vista de tres bóvedas de ladrillos colocadas a gran altura; se cree que pertenecen a la Basílica de Constantino. En la época de mis primeros viajes a Roma, esta singular ruina era llamada todavía el Templo de la Paz. El estilo de los fragmentos de escultura que aquí se ven muestra aún la decadencia del arte que anuncia el siglo de Diocleciano. De aquí se saca la conclusión de que estas inmensas bóvedas de ladrillo son un resto de la basílica construida por Majencio, y a la que Constantino dio su nombre cuando hubo matado a Majencio.
Los tres grandes arcos que vemos ocupan toda la longitud de la nave a la derecha de la entrada; sobre los pilares de estos arcos aparecen todavía fragmentos de cornisas de mármol: la bóveda de la nave estaba sostenida por ocho grandes columnas de cuarenta y cuatro pies de altura y diecinueve de circunferencia. Una de estas columnas estaba en pie aquí hacia 1610, y Paulo V (Borghese) la mandó poner en medio de la Plaza de Santa María la Mayor, donde le cayó un rayo cuando el simpático De Broses estaba en Roma (1740).
Las excavaciones ordenadas por Napoleón descubrieron el pavimento de este monumento; es de mármol amarillo antiguo, de mármol violeta y de mármol cipolino. Se ha reconocido que esta basílica había servido de iglesia en la Edad Media; probablemente este título la preservó de los frecuentes saqueos, pero sería destruida en alguna incursión de los bárbaros. Este vasto edificio medía trescientos dos pies de largo por doscientos dos de ancho. Las bóvedas así, sobre nuestras cabezas, servían de capillas a la derecha entrando en la iglesia."
Lo dice nuestro autor en la página 185 de la edición susodicha.
domingo, 25 de enero de 2009
Magdalena (Guido Reni)
(Página 91)
lunes, 19 de enero de 2009
Arco de Septimio Severo
Ante este monumento, se comprende bien la perfecta razón que regía el espíritu de los antiguos: puede decirse que en ellos lo bello era siempre una consecuencia de lo útil. Lo que impresiona primero en el Arco de Septimio Severo es la larga inscripción destinada a llevar la historia de sus proezas a la posteridad más remota. Y esta historia ha llegado a ella en efecto.
Fue en el año 205 de la era cristiana cuando el Senado y el pueblo de Roma elevaron este arco de triunfo en honor de Septimio Severo, de Caracalla y de Geta, hijos suyos, por las victorias obtenidas sobre los partos y otras naciones bárbaras de Oriente. Este arco es de mármol pentélico, con tres puertas como el de la Plaza del Carrousel. Está decorado con ocho columnas estriadas, de orden composito; los bajorrelieves son ya de una escultura mediocre e indican la decadencia. Al final de la tercera línea de la inscripción, y en toda la cuarta, se ve que el mármol ha sido alterado. Cuando Caracalla hubo matado a su hermano Geta, mandó borrar su nombre de todos los monumentos y reemplazarlo con palabras que no formaban parte de la inscripción primitiva. Una pequeña escalera de mármol, practicada en el interior de uno de los pilares, conduce a la plataforma, donde se veían en otro templo las estatuas de Septimio Severo y de sus hijos Caracalla y Geta, sentados en un carro de bronce enganchado a cuatro caballos de frente. Rodeaban el carro cuatro soldados, dos a caballo y dos a pie. En 1803, el papa Pío VII mandó quitar la tierra que ocultaba y conservaba este monumento hasta la altura de doce pies.
(Es lo que escribe Stendhal el 10 de enero, en la página 178 de nuestro libro).
viernes, 2 de enero de 2009
El entierro de Santa Petronila (Guercino)
El 10 de enero Stendhal escribe:
"En el Palacio de los Conservadores hay algunos cuadros excelentes, entro otros la Santa Petronila de Guercino, cuya copia en mosaico hemos visto en San Pedro".
La cita se encuentra en la página 177 de nuestra edición.
Actualmente el Palacio de los Conservadores forma parte de los Museos Capitolinos.