domingo, 22 de febrero de 2009

El Profeta Isaías, de Rafael


Hablando de la iglesia de San Agustín, en Roma:

”La mayor parte de los extranjeros desdeñan todos estos cuadros para ir corriendo al tercer pilar de la derecha en la nave principal. Aquí está El Profeta Isaías, fresco de Rafael; es lo más parecido a Miguel Ángel que ha hecho este gran hombre. Comparado con sus otras obras, El Profeta Isaías es como la Atalía, de Racine, comparada con Fedra o Ifigenia; Rafael no ha hecho nada más grandioso que esta figura asilada; es de 1511, dice Vasari.


La iglesia de San Agustín está en el camino de la Via Condotti a San Pedro; os invito a entrar en ella a menudo y contemplar este fresco de Rafael en estado de ánimo distintos; es el único medio de conservar una idea diferente del estilo de un cuadro célebre.”


(Dicho por Stendhal en la página 367 de la edición de Alianza Editorial de 2007. Procedencia de la imagen: Historiadelartemgm.)

sábado, 14 de febrero de 2009

Perseo, de Canova

"Al bajar el primer piso se encuentra la puerta del inmenso Museo Pío Clementino. Es obra de Clemente XIV y de Pío VI. Monseñor Braschi lo comenzó cuando era ministro de Finanzas, tesoriere, y le dio un gran impulso cuando subió al trono. Aquí están el Apolo de Belvedere, el Torso, el Laocoonte, el Perseo y los Atletas de Canova, la menos buena de sus obras. El Perseo es, en cambio, muy bonito; gusta a las mujeres mucho más que el Apolo; es una figura del estilo de San Miguel de los capuchinos de la plaza Barberini."

(página 201)

domingo, 8 de febrero de 2009

La basílica de Constantino

"25 de enero de 1828

Avanzando unos pasos hacia el Coliseo, le impresiona al viajero la vista de tres bóvedas de ladrillos colocadas a gran altura; se cree que pertenecen a la Basílica de Constantino. En la época de mis primeros viajes a Roma, esta singular ruina era llamada todavía el Templo de la Paz. El estilo de los fragmentos de escultura que aquí se ven muestra aún la decadencia del arte que anuncia el siglo de Diocleciano. De aquí se saca la conclusión de que estas inmensas bóvedas de ladrillo son un resto de la basílica construida por Majencio, y a la que Constantino dio su nombre cuando hubo matado a Majencio.

Los tres grandes arcos que vemos ocupan toda la longitud de la nave a la derecha de la entrada; sobre los pilares de estos arcos aparecen todavía fragmentos de cornisas de mármol: la bóveda de la nave estaba sostenida por ocho grandes columnas de cuarenta y cuatro pies de altura y diecinueve de circunferencia. Una de estas columnas estaba en pie aquí hacia 1610, y Paulo V (Borghese) la mandó poner en medio de la Plaza de Santa María la Mayor, donde le cayó un rayo cuando el simpático De Broses estaba en Roma (1740).

Las excavaciones ordenadas por Napoleón descubrieron el pavimento de este monumento; es de mármol amarillo antiguo, de mármol violeta y de mármol cipolino. Se ha reconocido que esta basílica había servido de iglesia en la Edad Media; probablemente este título la preservó de los frecuentes saqueos, pero sería destruida en alguna incursión de los bárbaros. Este vasto edificio medía trescientos dos pies de largo por doscientos dos de ancho. Las bóvedas así, sobre nuestras cabezas, servían de capillas a la derecha entrando en la iglesia."

Lo dice nuestro autor en la página 185 de la edición susodicha.